martes, 31 de octubre de 2017

La Idea Fija - III Parte

Continuación de mi relato, Norma sale del closet y se presenta ante su esposa, esta decide probar que tan mujer es su marido.
------------------------------------------------------------------------------------------
III

Unos momentos mas tarde el muchacho tocó a la puerta. Sintió un escalofrío, este era su momento debut, el botones sería la primera persona en el mundo en conocer a Norma, en verla como mujer, no había vuelta atrás, se acerco lentamente a la puerta y decididamente, pero casi temblando la abrió.

Los ojos de muchacho casi saltaron de sus órbitas al ver a esa mujer, su cerebro tardó unos instante en reaccionar, hace un par de horas había acompañado a un hombre a la habitación y ahora aparecía una mujer, y hermosa, no pudo evitar clavar los ojos en ella y recorrer todo su cuerpo con la mirada, finalmente volvió al rostro y en ese momento pudo notar un parecido con el hombre que ingresara en la habitación, luego vino la seguridad: ese era el hombre hecho mujer, se había trasvestido. Tenía experiencia con travestis en el hotel, pero siempre venían como mujeres y se retiraban de la misma forma, además no eran para nada como esta mujer. No solo era atractiva, sino que también era distinguida,  aunque su ropa era llamativa y no ocultaba para nada sus atractivos, era a la vez elegante, no a la moda, sino con ese estilo que está por sobre el tiempo.

Norma dejó que el muchacho asimilara la situación y cuando le pareció que ya había entendido, le dijo susurrando:

- Gracias por venir tan rápido, puedes ayudarme con mi equipaje?

El muchacho reaccionó inmediatamente y respondió:

- Por supuesto señ… orita?

- No señora, soy casada, pero gracias por el cumplido.

Sin decir más el muchacho entró tomo las maletas y las colocó con cuidado en un carrito que había traído al efecto, mientras pensaba en que maravillas habría en esas maletas, cosas capaces de convertir un hombre normal y corriente en una mujer como la que lo seguía por el pasillo.

Norma caminaba como flotando, sentía una alegría y unas ganas de abrazar y besar a todos con los que se cruzaba, solo como demostración de su felicidad, estaba radiante.

Bajaron en el ascensor, el muchacho no podía dejar de mirarla y eso a Norma le pareció muy agradable, pensó si todos los hombres reaccionarían así a su paso.

Llegaron al lobby, hicieron escala en el mostrador para firmar la planilla, y luego siguieron hacia el estacionamiento,  había abonado la estadía al entrar. En esta parte del trayecto se cruzaron con algunas personas, una mujer que parecía muy ocupada no les prestó atención, un señor de overol y con herramientas en las manos se paró para admirarla y Norma creyó que le diría algo, pero no, solo la miró con avidez, y el empleado del mostrador al verla primero quedó helado como el botones, pero este le hizo notar que la “Señora” se retiraba y debía firmar el libro, entonces el otro intercambió una mirada sugestiva con el botones y reaccionando, le ofreció el libro, obviamente Norma firmo con su verdadero nombre, pero luego tuvo una reacción inesperada y le agregó un “Norma” al final de la firma. Nuevamente ambos empleados intercambiaron mirádas cómplices.

Llegados al automóvil, ubicaron las maletas y luego de darle una propina al muchacho, ella subió y puso en marcha el auto, para poder conducir cómodamente tuvo que subirse un poco su pollera, pensó que sería una pena si se arrugaba,  así que la acomodó lo mejor que pudo, esto le obligó a sentarse como todas las mujeres que conducen con pollera, se tomó unos instantes para disfrutar la situación, ahora saldría por primera vez a la calle como mujer, en auto, pero en la calle, todos podrían verla y hasta podría detenerla la policía, ese pensamiento le trajo un poco de inquietud, pero pensó que era improbable, conduciría muy prudentemente, su destino no estaba muy lejos, conocía el camino, y lo mas importante, estaba segura de verse como una mujer, pensó que desde otro auto sería difícil que alguien notara su secreto.

Salió del hotel tranquilamente, disfrutando el paseo, tomó una calle poco frecuentada y luego de unas cuadras llegó a una avenida que debía llevarla directamente al restaurant donde la esperaba Laura, su esposa, estaba en tiempo así que no necesitaba apurarse.

Por seguridad decidió prestar atención al tráfico y dejar de lado las reacciones de los otros conductores y los peatones al verla, por un tiempo lo logró, hasta que tuvo que detenerse el primer semáforo y notó que el conductor de un coche que paró a su lado la observaba con insistencia, se sintió incómoda, cuando finalmente pudo retomar la marcha, el otro se mantuvo a su lado, a pesar de que un vehículo que venía detrás le reclamó paso con sus luces pues ya estaba anocheciendo. Para deshacerse del molesto aceleró un poco y cuando el la siguió, siempre a la par, ella frenó su marcha y el otro no tuvo más remedio que seguir o el que venía atrás lo chocaría. Pensó si todas las mujeres atractivas tendrían que lidiar con estos problemas.

El resto del camino transcurrió sin contratiempos, en un par de ocasiones se detuvo en  semáforos y tuvo un respiro para recordar y disfrutar del juguete que llevaba insertado, le dio unos “chupones” y siguió su marcha mas relajada.

Llegó al lugar de la cita, era un restaurant un tanto pequeño, con ambiente íntimo, donde solía venir con su esposa cuando deseaban tratar un tema con tranquilidad, generalmente había poca concurrencia y el personal los conocía, casi siempre pedían lo mismo para cenar. Seguramente su mujer ya había llegado, ella era de las que prefiere llegar temprano siempre, y también ya habría notado que pasaba algo, por el lugar elegido y por que su marido no llegaba puntualmente como siempre lo hacía, Norma había decidido llegar unos minutos tarde para asegurarse que su esposa ya estuviera en el local y ubicada, para estar completamente segura entro lentamente en el estacionamiento del local y luego de una mirada pudo observar el auto de su mujer estacionado.

Pudo aparcar a un lado del vehículo de su esposa, bajó del auto y se acomodó la ropa, como siempre con meticulosidad y cuidado, parecía estar todo en orden, tomó las llaves, su cartera, cerro el auto y justo cuando estaba guardando las llaves sonó su celular, era su esposa:

- Hola Rubén, te falta mucho?

- No mi amor, ya estoy llegando, me retrase un momento, en un par de minutos te veo.

- Muy bien, estoy impaciente por saber de que se trata esta vez.

- Ya llego y lo sabrás, no falta mucho, te amo.

- Yo también.

Caminó rápidamente hacia la entrada, pasó por una ventana y pudo ver a su esposa sentada en su mesa con una copa delante, también observo que no había mucha gente como de costumbre, tampoco había nadie en las mesas cercanas a la de su esposa, ella era precavida y sabiendo que se trataría de algo importante eligió un lugar retirado.

Norma sabía que en el vestíbulo había un gran espejo donde podría controlar su atuendo antes de hacer la gran aparición, también en el vestíbulo estaba la recepcionista, ella indicaba los lugares reservados y donde encontrar la persona citada, entró con la mayor tranquilidad que pudo, la chica la observó atentamente, no la reconoció.

Norma se detuvo frente al espejo, se observó detenidamente, estaba todo en orden, así que siguió hasta encontrar a la recepcionista.

- Tiene reservación señorita o alguien la espera?

- Si, me esperan y ya se donde está ubicada mi pareja, así que no necesito que me acompañe, le agradezco igualmente. Todo esto lo dijo casi susurrando, a la chica le costó pero pudo entender, puso cara de extrañeza.

- Disculpe, estoy disfónica.

- Bien, que pase una buena velada señorita.

- Señora querida, soy señora.

La chica se quedó observando como esa intrigante mujer entraba en el local, con curiosidad por saber quién era su pareja, conocía a casi toda la concurrencia y no había ningún hombre solo como candidato a galán para esta “señora”. Al momento entraron otros clientes y la distrajeron de su pesquiza.

Norma entró caminando lentamente, acostumbrándose a la luz tenue, se dirigió directamente a la mesa donde la esperaba su esposa. Ella no le prestó mayor atención mientras se acercaba, estaba mirando a la puerta esperando que entrara su esposo.

Llegó al lado de la mesa de Laura y se detuvo frente a ella, ahora sí le prestó atención, la miro fijó un momento, Norma sintió que todo el mundo se le venía abajo, no pudo evitar ponerse a temblar.

Laura reaccionó al instante, la reconoció:

- Vaya sorpresa que me das! Lo dijo casi tranquilamente, sin gritar, que era lo que mas temía Norma.

- Veo que por fin te has decidido, me alegro por… los dos! Norma seguía dura como un maniquí parada frente a la mesa, sin atinar a reaccionar, pero lentamente su pulso se normalizaba y dejó de temblar, ahora comenzó a sentir curiosidad por lo que dijo su esposa: ella ya sabía todo? o solo sospechaba?

- Por favor, me gusta tu atuendo, puedes darte una vuelta para que pueda verte toda, no tengas vergüenza mi amor, estas muy bonita por cierto.
Automáticamente hizo lo pedido, dio una vuelta, trató de hacerlo con gracia, no le salió muy bien, pensó que no importaba, lo importante era lo que escucho de labios de Laura: Estás muy bonita, estás muy bonita, estás muy bonita. La frase quedó rebotando en su cabeza.

- Siéntate por favor, estás llamando la atención y no queremos eso, cierto?

- N… No mi amor.

- Mmmm, tienes que cuidar esa garganta, tengo un remedio muy bueno para la disfonía… Y laura comenzó a reir discretamente.

Norma se sentó lo mas femeninamente que pudo, luego de dejar su cartera en otra silla. Tenía idea de a que remedio se refería por que la conocía y sabía que le encantaban ese tipo de bromas, así que no respondió.

- Bueno, tendremos que presentarnos, por que tu ya sabes mi nombre, pero yo no el tuyo, o sigues siendo Rubén?

- No, mi amor, soy Norma ahora.

- Lindo, Norrrrma, Norrrrma, aunque de norrrmal no tienes nada, pero tampoco es algo tan anormal, bueno somos lo que somos. Tendré que acostumbrarme: Norrrrma, Normita, Normi, Nor, no se como te diré, ya lo sabremos.

Norma sintió que el mundo nuevamente estaba en orden, ella la aceptaba y hasta pensaba en como la llamaría, o sea que no pensaba dejarla, por lo menos por el momento.

- Vamos, Norma, cuéntame que otras sorpresas tienes para mi, que piensas hacer con tu vida de ahora en más?

- Lo mas importante es que te sigo amando y quiero seguir estando contigo, Laura, si es que tu me lo permites, el resto ya puedes imaginarlo, perderé algunos parientes y amigos, pero esos no me dolerán por que si no me aceptan como soy no tienen valor para mi, y además ganaré otros nuevos. Ya envié un mensaje informando la situación a todas mis relaciones, y cada uno sabrá que hacer, a su tiempo me presentaré en persona con los que lo deseen, pero primero me presento a ti, mi amor, pues eres la única persona irremplazable para mi. Por eso quiero conocer tu opinión sobre el tema. Por lo que dijiste parece que algo sabías o sospechabas, cuéntame por favor.

- Lo sabía con certeza, esas cosas no se le escapan a una esposa atenta, sabía de tu gusto y dejé que la situación madurara, que tu maduraras y asumieras tu rol en el mundo. Si tu te aceptas, yo te acepto, no se como continuará nuestra relación de aquí en adelante, es un cambio muy importante y no creo que ninguno de los dos sepa realmente a donde iremos a parar, lo que si puedo asegurar es que seguiré siendo honesta contigo y trataré de que nuestro amor continúe todo el tiempo posible y a pesar de todo, y por supuesto te pido exactamente lo mismo: honestidad ante todo, y tu voluntad de seguir adelante con nuestra vida en común.

- Gracias, no puedo pedirte mas, realmente eres muy comprensiva, quisiera abrazarte y besarte, pero temo ofenderte si lo hago en público.

- No seas idiota, acabo de decirte que te acepto como eres, ahora tengo una pareja femenina, eso es lo que importa, seguimos siendo una pareja, y el resto del mundo tiene que saberlo, si les gusta o no, es problema de los otros.

Norma y Laura se pusieron de pié y se abrazaron apretadamente, luego se besaron apasionadamente, Norma entregó sus labios a Laura y esta introdujo su lengua entre ellos, y mientras sentía como era besada, Norma comenzó a llorar, las lágrimas caían incontenibles, se sintió avergonzada, pero no podía separarse de su esposa ni dejar de llorar.

- Vamos, deja ya de llorar, no ves que se te arruina tu esmerado maquillaje, vamos amor, cálmate, se que es una situación fuerte, tranquila que todo está en orden, vamos al toilettes a arreglarnos.

Laura tomó las carteras de ambas con una mano y a Norma con la otra y la llevó hacia el toilette, Norma se dejó llevar de la mano, ya más tranquila. Entraron al baño y se volvieron a abrazar y besar con ardor, Norma se entregó a Laura totalmente, esta la tomó por la nuca con una mano y con la otra recorrió su espalda mientras la besaba, Norma solo atinó a pasar sus brazos por la cintura de Laura y dejar que ella llevara la batuta. Lentamente y sin dejar de meter su lengua en la boca de norma Laura fue bajando su mano hasta llegar a la cola de Norma, la acarició con avidez, y luego sin ninguna delicadeza busco el ano de su amante y lo palpó a fondo, luego hizo lo mismo con la entrepierna, finalmente volvió a acariciar la espalda de Norma y finalizó el beso.

- Veo que vienes “cargada”, pero mas me intriga donde está tu aparatito genital, no lo encuentro y no tuviste tiempo de operarte, creo?

- No, mi amor, no me operé ni quiero hacerlo por ahora, está oculto, bien sujeto con cinta adhesiva, y si, tengo un juguete clavado en la cola, eso me encanta, me da seguridad y placer al mismo tiempo.

- Interesante, tendré que ver tu sistema de ocultamiento, y eso del aparato parece un poco incómodo, pero si te agrada, allá tu.

- Tengo otro juguete similar en la cartera, si quieres puedes probarlo, aunque sea por un rato.

- No, por ahora no. Arreglemos nuestro maquillaje y vallamos a cenar, que tengo hambre y no solo de comida como habrás notado.

- Si mi amor, noté tu excitación al besarnos, me encantó que me dominaras de esa forma.

- A mi también me gusto que te entregaras así, eres toda una zorra sumisa a pesar de esa apariencia de dama que lograste.

- El problema es que no se maquillarme muy bien, y menos rápido, me podrás ayudar con eso?

- Por supuesto, quédate quieta un momento, a ver que llevas en esa cartera tan bonita?

Laura abrió la cartera y lo primero que encontró fue el control remoto del plug anal de Norma.

- Mmmm, me imagino para que sirve este aparatito….

- Pensaba dártelo para que tu puedas controlarme.

- A ver como funciona… Dio marcha al aparato al tiempo que tocaba la cola de Norma para controlar el efecto de los distintos controles.

- Parece un artefacto interesante, tendré que probarlo sin duda.

Norma comenzó a excitarse con el funcionamiento del aparato y el tacto de Laura.

- Vamos zorrita, quédate quieta o no podré arreglar tu pintura. Laura tomó el estuche de cosméticos de la cartera de Norma y comenzó a emprolijar su maquillaje, luego hizo lo mismo con el propio.

- Gracias mi amor, estoy mucho mejor que antes.

- Si, ahora pareces más zorra que antes, pero te queda bien, va con tu personalidad mi amor. Vamos a cenar de una vez.

Entraron al salón de la mano, como una pareja de lesbianas, caminaron lentamente hacia su mesa, disfrutando la situación. Todas las miradas estaban puestos en ellas dos, obviamente el personal conocía a Laura y estarían de lo mas intrigados por esa nueva faceta de su clienta, quizás ya hubieran descubierto quién era Norma, tendrían para comentar durante un tiempo.

Se sentaron a la mesa, una a cada lado, no enfrentadas, sino lado a lado, para poder charlar y tocarse más cómodamente, tuvieron que reordenar el servicio, y enseguida se acercó el camarero y les preguntó que se servirían, Laura respondió:

- Lo mismo de siempre, gracias.

- Bien señora Laura, y para su acompañante?

- Igual, lo mismo de siempre, lo que le sirves a mi pareja, está bién Norma?

- Si mi amor, lo mismo de siempre está bien.

- Entiendo, en un momento las sirvo. Con su permiso señoras.

El camarero se retiró presuroso por contar la solución del enigma a sus compañeros.

- Laura, mi amor, ya les aclaraste toda duda.

- Si, prefiero que sepan todo a que estén todo el tiempo observándonos y cuchicheando, develado el misterio perderán interés por el tema. Ahora quiero aprovechar para ver que ocurre si toco este aparatito?

Y sin mas aviso, dio marcha al plug de Norma, esta se estremeció, Laura notó como se ponía Norma mientras luchaba para que no se note su excitación, movía sus piernas, se tomó de la mesa con ambas manos y comenzó a respirar mas fuerte, Laura también pudo oír el suave ronroneo del aparatito dentro de Norma.

- Excelente, disculpa mi amor, pero lo tenía que hacer, necesitaba ver tu reacción.

- No hay problema, eres mi dueña y puedes hacer lo que quieras conmigo.

- No se si tanto como ser “tu dueña”, pero la idea me gusta, ya veremos.

Laura era una mujer inteligente, sensual y muy habituada a trabajar, podía pensar en varias cosas a la vez con excelentes resultados, cosa que a Norma le era imposible.

El camarero se acercó a la mesa con el pedido, mientras caminaba observaba a esas dos mujeres, bueno una era mujer, el la conocía y la otra era su marido trasvestido, pero ambas se veían muy bien, eran muy atractivas sin duda, pensó sobre cual sería la causa de que un hombre con una mujer tan intersante y atractiva se volviera travesti, y por que una mujer que podía elegir el hombre que quisiera lo aceptaba, no podía comprenderlo, pero aún así le gustaba la pareja de mujeres, y se excitó pensando en compartir la cama con ellas.

Llegó a la mesa y las sirvió, mientras las observaba de cerca en detalle, notó que hasta su perfume era atractivo, ambas eran muy deseables.

- Ya tienen su pedido las señoras, desean algo más?

- Quieres algo más Norma?

Norma negó con la cabeza.

- No por ahora, gracias.

Charlaron de cosas intrascendentes mientras cenaban, como siempre la cena era liviana, pues normalmente luego de estas salidas solían ir a bailar si estaban de humor o si no directamente a su casa y hacer el amor.

- Norma, que quieres hacer luego de cenar?

- Lo que tu quieras mi amor, por mi está bien.

- Pues te cuento que estuve pensando y sigo con algunas intrigas.

- Cuales, puedo ayudarte?
- Si y no. Primero quisiera saber que tan mujer pretendes ser, hasta donde llegarás.

- Quiero ser toda una mujer, en todos sus aspectos, pero no quiero operarme, por lo menos por ahora, quiero vivir como mujer un tiempo y luego decidiré si hacerlo, pués la cirugía no tiene retorno y me asusta.

- Es prudente, pero no es la cirugía lo único que no tiene retorno, el sexo por ejemplo tampoco, piensas tener relaciones con hombres, con mujeres, con ambos?

- Por ahora lo único que deseo es tener relaciones contigo mi amor.

- Y como? Seremos dos mujeres o en la cama volverás a ser hombre para mi?  O yo tendré que hacer de macho contigo?

- No lo se, me excita la idea de estar con un hombre, pero no me atrae el ver a los hombres, tampoco me atraen otras mujeres.

- Veo que esto es un problema que tiene solución, y es importante que lo solucionemos rápido si queremos seguir como pareja, pues el sexo es un aspecto muy importante en toda relación como bien sabes, y ambos debemos estar satisfechos.

- Si mi amor, pero cual es esa solución tan rápida?

- Tenemos que probar todas las posibilidades y decidir.

- …a que te refieres con “todas las posibilidades”?

- Se que comprendes perfectamente lo que dije, pero veo que te asusta la idea, así que seré yo quién tome el toro por las astas y solucione el problema.

- Como tu quieras, haré lo que tu digas.

- Por ahora si seré tu dueña, y si harás lo que te ordene, por el bien de nuestra pareja, entiendes bien a que me refiero?

- Creo que si, vamos a tener todo tipo de sexo, ambas.

- Exactamente, vamos a probar todas las posibilidades que podamos y así podremos saber que nos gusta y que no. Aceptas?

- Si, ya dije que haré lo que tu quieras con tal de seguir contigo.

- Perfecto, pero ten un poco de amor propio, no quiero una muñeca de trapo por pareja. A propósito, como deberemos referirnos a nosotras, yo fuí y sigo siendo tu esposa, pero tu eras mi esposo y ahora que eres, mi esposa?

- Somos pareja creo, tu eres mi pareja y yo la tuya, ya no hay esposo y esposa, ni marido ni mujer, solo somos una pareja.

- Si, mucho mas pareja que antes… Y Laura soltó una carcajada, que contagió a Norma y no pudo evitar que saliera su risa masculina, todos en el salón los observaron sin disimulo.

- Hay mi Normita, vamos a tener que trabajar en esa voz y esa risa.

- Perdón, no pude evitarlo.

- No te preocupes, no me moleta que los demás nos miren, sino que queda feo ver una linda mujer hablando o riendo como hombre, por ahora sigue susurrando mi amor.
Además me gusta que rías, veo que por fin estás perdiendo tu temor.

- Si, gracias a ti, estoy mucho mas tranquila, me has aceptado, y me siento feliz, completa, como nunca me sentí, quiero que tú también te sientas así.

- Yo estoy muy contenta siendo y viviendo como mujer, como te imaginarás las mujeres necesitamos hombres para darnos placer, si bien otra mujer puede hacerlo también, no tengo experiencia en ese aspecto y no creo que sea tan placentero como estar con un hombre.

- Lo se, mi amor, ya lo venía pensando hace tiempo, que no soy suficientemente hombre para ti, en el sentido sexual me refiero, y aún antes de decidir volverme mujer ya había decidido ofrecerte libertad de acción en ese aspecto, quiero que disfrutes lo que te guste, por que veo que es la mejor manera de seguir unidos, el amor es nuestra exclusividad, el sexo nuestro placer totalmente libre.

- Veremos como resulta, te repito que lo único que prometo y exijo es total honestidad, tu sabrás todo lo que yo haga y viceversa, es el mejor camino que podemos tomar aunque no sepamos donde termina, pero si alguno de los dos rompe esta regla o siente que necesita romperla, automáticamente se acaba nuestra pareja, entendido, quiero que quede bien claro.

- Si mi amor, esta perfectamente claro, con honestidad todo, sin ella nada.

- Exacto, llamaré al camarero, así pagamos y nos vamos.

- Decidiste donde iremos?

- Ya lo dije, hay que solucionar este tema cuanto antes, así que ya mismo comenzaremos.

- Como “ya mismo”?

- Ves esa mesa junto a la ventana?

- Cual, la que comparten dos hombres?

- Si, notaste que hace rato que nos observan?

- No, estaba atenta a ti solamente.
- Pués si, nos observan con descaro, hasta uno me ha hecho un guiño. Parecen dos tipos aceptables, bien parecidos y bien vestidos, tu que opinas?

- Te dije que no me gusta mirar hombres, no me atrae mirarlos.

- Pués los vas a ver y en todo detalle, si no son esos serán otros, pero esta noche sabremos que tan mujer puede ser.

- Hay mi amor, me da miedo.

- Por supuesto, todas tuvimos miedo la primera vez, pero la excitación vence al miedo, veremos si a ti te pasa lo mismo.

- Tu decide cuales serán nuestros candidatos.

- Nuestros hombres Norma, nuestros machos.

Laura hizo una seña al camarero solicitando la cuenta. Automáticamente uno de los hombres se puso de pié y fue a hablar con el camarero.

Luego de unos minutos el camarero se acerco a la mesa donde estaban Laura y Norma:
  
- Que desean las señoras?

- La adición por favor, queremos retirarnos.

- Pués ya ha sido abonada.

- Como que ha sido abonada, por quién? Respondió Laura haciéndose la sorprendida, pues había visto la maniobra del hombre.

- Por los señores de aquella mesa y mandan este mensaje. El camarero le entrega un papelito a Laura.

- Gracias por todo. Una vez que el camarero se retira Laura y Norma leen el papel:

“Hola, disculpen el atrevimiento, pero nos ha resultado imposible no sentirnos atraídos por ustedes, por eso queremos invitarlas a tomar algo en el lugar que ustedes decidan. Si aceptan las esperamos en el estacionamiento en el coche deportivo rojo. Caso contrario las comprendemos y les dejamos nuestro número de celular para poder contactarnos en otra ocasión. Sus admiradores, Carlos y Roberto.”

- Que opinás de nuestros admiradores Norma?

- No se que decir, nunca nadie me invitó a salir.

- Parecen muy galantes y por la pinta atractivos, creo que podemos probar con ellos.

- Si a ti te parece bien, adelante.

Laura dejó una buena propina al camarero, y luego las dos se levantaron al mismo tiempo, tomaron sus carteras y se dirigieron nuevamente al baño, para dar tiempo a sus galanes de tomar posiciones en el estacionamiento, estos no perdieron la oportunidad y allí las esperaron.

Mientras Laura arreglaba nuevamente el maquillaje de ambas, Laura le pregunta a Norma:

- Te atreves a dejar que un hombre te posea?

- Creo que si, siempre que antes me excite, que me seduzca, así creo poder hacerlo.

- Esa es la única forma, si no el tipo no sirve, ni para vos ni para nadie. Y pensás ir con un macho con ese aparato metido en el culo?

- Que hago?

- Tenés que sacártelo.

- Ahora mismo?

- Si.

- Pero me da seguridad, es como el chupete de un bebe, necesito sentirlo y apretarlo.

- Bueno, quédatelo, en todo caso me divertiré mucho haciéndolo funcionar cuando estés apretando con el tipo.

- No, moriría de vergüenza!

- Entonces quítatelo ya mismo!

- Si mi amor. Norma se dirigió a uno de los boxes para realizar la maniobra en privado.

- No mi amor, aquí conmigo, quiero verte, date vuelta por favor.

Norma obedeció, Laura le levantó la pollera, y luego le bajó la bombachita rosa, dejando el trasero de Norma al descubierto.

- Ay, Laura, y si entra alguien, me vería así!

- Mejor, vería a una puta, te vería como sos, no te avergüences de lo que eres.

Laura tomó el artefacto con dos dedos y comenzó a tirar para extraerlo, Norma instintivamente apreto su ano y lo retuvo. Laura le dio una palmada en la nalga.

- Vamos, suelta esa porquería de una vez, o quieres que te lo arranque de un tirón!

Y nuevamente comenzó a tirar del plug, esta vez el ano de Norma cedió y el aparato se liberó.
- Ahora, mi putita amorosa, lo lavas perfectamente, lo secas y lo guardas, y no necesito decir que te laves perfectamente el trasero también.

- Si mi amor. Norma obedeció, sintió como un vacío en su cola, pero estaba contenta de hacer lo que Laura le ordenaba. Estaba feliz, aunque la idea de ser poseída por un macho la inquietaba, pero también comenzaba a excitarla.

- Bueno, ya estamos listas, vamos a conocer a nuestros galanes Normita.


- Si mi amor.