Continuación de mi relato, Norma sale del closet y se presenta ante su esposa, esta decide probar que tan mujer es su marido.
------------------------------------------------------------------------------------------
III
Unos momentos mas tarde el muchacho tocó a la puerta. Sintió
un escalofrío, este era su momento debut, el botones sería la primera persona
en el mundo en conocer a Norma, en verla como mujer, no había vuelta atrás, se
acerco lentamente a la puerta y decididamente, pero casi temblando la abrió.
Los ojos de muchacho casi saltaron de sus órbitas al ver a
esa mujer, su cerebro tardó unos instante en reaccionar, hace un par de horas
había acompañado a un hombre a la habitación y ahora aparecía una mujer, y
hermosa, no pudo evitar clavar los ojos en ella y recorrer todo su cuerpo con
la mirada, finalmente volvió al rostro y en ese momento pudo notar un parecido
con el hombre que ingresara en la habitación, luego vino la seguridad: ese era
el hombre hecho mujer, se había trasvestido. Tenía experiencia con travestis en
el hotel, pero siempre venían como mujeres y se retiraban de la misma forma,
además no eran para nada como esta mujer. No solo era atractiva, sino que
también era distinguida, aunque su ropa
era llamativa y no ocultaba para nada sus atractivos, era a la vez elegante, no
a la moda, sino con ese estilo que está por sobre el tiempo.
Norma dejó que el muchacho asimilara la situación y cuando
le pareció que ya había entendido, le dijo susurrando:
- Gracias por venir tan rápido, puedes ayudarme con mi
equipaje?
El muchacho reaccionó inmediatamente y respondió:
- Por supuesto señ… orita?
- No señora, soy casada, pero gracias por el cumplido.
Sin decir más el muchacho entró tomo las maletas y las
colocó con cuidado en un carrito que había traído al efecto, mientras pensaba
en que maravillas habría en esas maletas, cosas capaces de convertir un hombre
normal y corriente en una mujer como la que lo seguía por el pasillo.
Norma caminaba como flotando, sentía una alegría y unas
ganas de abrazar y besar a todos con los que se cruzaba, solo como demostración
de su felicidad, estaba radiante.
Bajaron en el ascensor, el muchacho no podía dejar de
mirarla y eso a Norma le pareció muy agradable, pensó si todos los hombres
reaccionarían así a su paso.
Llegaron al lobby, hicieron escala en el mostrador para
firmar la planilla, y luego siguieron hacia el estacionamiento, había abonado la estadía al entrar. En esta
parte del trayecto se cruzaron con algunas personas, una mujer que parecía muy
ocupada no les prestó atención, un señor de overol y con herramientas en las
manos se paró para admirarla y Norma creyó que le diría algo, pero no, solo la
miró con avidez, y el empleado del mostrador al verla primero quedó helado como
el botones, pero este le hizo notar que la “Señora” se retiraba y debía firmar
el libro, entonces el otro intercambió una mirada sugestiva con el botones y
reaccionando, le ofreció el libro, obviamente Norma firmo con su verdadero
nombre, pero luego tuvo una reacción inesperada y le agregó un “Norma” al final
de la firma. Nuevamente ambos empleados intercambiaron mirádas cómplices.
Llegados al automóvil, ubicaron las maletas y luego de darle
una propina al muchacho, ella subió y puso en marcha el auto, para poder
conducir cómodamente tuvo que subirse un poco su pollera, pensó que sería una
pena si se arrugaba, así que la acomodó
lo mejor que pudo, esto le obligó a sentarse como todas las mujeres que
conducen con pollera, se tomó unos instantes para disfrutar la situación, ahora
saldría por primera vez a la calle como mujer, en auto, pero en la calle, todos
podrían verla y hasta podría detenerla la policía, ese pensamiento le trajo un
poco de inquietud, pero pensó que era improbable, conduciría muy prudentemente,
su destino no estaba muy lejos, conocía el camino, y lo mas importante, estaba
segura de verse como una mujer, pensó que desde otro auto sería difícil que alguien
notara su secreto.
Salió del hotel tranquilamente, disfrutando el paseo, tomó
una calle poco frecuentada y luego de unas cuadras llegó a una avenida que
debía llevarla directamente al restaurant donde la esperaba Laura, su esposa,
estaba en tiempo así que no necesitaba apurarse.
Por seguridad decidió prestar atención al tráfico y dejar de
lado las reacciones de los otros conductores y los peatones al verla, por un
tiempo lo logró, hasta que tuvo que detenerse el primer semáforo y notó que el
conductor de un coche que paró a su lado la observaba con insistencia, se
sintió incómoda, cuando finalmente pudo retomar la marcha, el otro se mantuvo a
su lado, a pesar de que un vehículo que venía detrás le reclamó paso con sus
luces pues ya estaba anocheciendo. Para deshacerse del molesto aceleró un poco
y cuando el la siguió, siempre a la par, ella frenó su marcha y el otro no tuvo
más remedio que seguir o el que venía atrás lo chocaría. Pensó si todas las
mujeres atractivas tendrían que lidiar con estos problemas.
El resto del camino transcurrió sin contratiempos, en un par
de ocasiones se detuvo en semáforos y
tuvo un respiro para recordar y disfrutar del juguete que llevaba insertado, le
dio unos “chupones” y siguió su marcha mas relajada.
Llegó al lugar de la cita, era un restaurant un tanto
pequeño, con ambiente íntimo, donde solía venir con su esposa cuando deseaban
tratar un tema con tranquilidad, generalmente había poca concurrencia y el
personal los conocía, casi siempre pedían lo mismo para cenar. Seguramente su
mujer ya había llegado, ella era de las que prefiere llegar temprano siempre, y
también ya habría notado que pasaba algo, por el lugar elegido y por que su
marido no llegaba puntualmente como siempre lo hacía, Norma había decidido
llegar unos minutos tarde para asegurarse que su esposa ya estuviera en el
local y ubicada, para estar completamente segura entro lentamente en el
estacionamiento del local y luego de una mirada pudo observar el auto de su mujer
estacionado.
Pudo aparcar a un lado del vehículo de su esposa, bajó del
auto y se acomodó la ropa, como siempre con meticulosidad y cuidado, parecía
estar todo en orden, tomó las llaves, su cartera, cerro el auto y justo cuando
estaba guardando las llaves sonó su celular, era su esposa:
- Hola Rubén, te falta mucho?
- No mi amor, ya estoy llegando, me retrase un momento, en
un par de minutos te veo.
- Muy bien, estoy impaciente por saber de que se trata esta
vez.
- Ya llego y lo sabrás, no falta mucho, te amo.
- Yo también.
Caminó rápidamente hacia la entrada, pasó por una ventana y
pudo ver a su esposa sentada en su mesa con una copa delante, también observo
que no había mucha gente como de costumbre, tampoco había nadie en las mesas
cercanas a la de su esposa, ella era precavida y sabiendo que se trataría de
algo importante eligió un lugar retirado.
Norma sabía que en el vestíbulo había un gran espejo donde
podría controlar su atuendo antes de hacer la gran aparición, también en el
vestíbulo estaba la recepcionista, ella indicaba los lugares reservados y donde
encontrar la persona citada, entró con la mayor tranquilidad que pudo, la chica
la observó atentamente, no la reconoció.
Norma se detuvo frente al espejo, se observó detenidamente,
estaba todo en orden, así que siguió hasta encontrar a la recepcionista.
- Tiene reservación señorita o alguien la espera?
- Si, me esperan y ya se donde está ubicada mi pareja, así
que no necesito que me acompañe, le agradezco igualmente. Todo esto lo dijo
casi susurrando, a la chica le costó pero pudo entender, puso cara de
extrañeza.
- Disculpe, estoy disfónica.
- Bien, que pase una buena velada señorita.
- Señora querida, soy señora.
La chica se quedó observando como esa intrigante mujer
entraba en el local, con curiosidad por saber quién era su pareja, conocía a
casi toda la concurrencia y no había ningún hombre solo como candidato a galán
para esta “señora”. Al momento entraron otros clientes y la distrajeron de su
pesquiza.
Norma entró caminando lentamente, acostumbrándose a la luz tenue,
se dirigió directamente a la mesa donde la esperaba su esposa. Ella no le
prestó mayor atención mientras se acercaba, estaba mirando a la puerta
esperando que entrara su esposo.
Llegó al lado de la mesa de Laura y se detuvo frente a ella,
ahora sí le prestó atención, la miro fijó un momento, Norma sintió que todo el
mundo se le venía abajo, no pudo evitar ponerse a temblar.
Laura reaccionó al instante, la reconoció:
- Vaya sorpresa que me das! Lo dijo casi tranquilamente, sin
gritar, que era lo que mas temía Norma.
- Veo que por fin te has decidido, me alegro por… los dos!
Norma seguía dura como un maniquí parada frente a la mesa, sin atinar a
reaccionar, pero lentamente su pulso se normalizaba y dejó de temblar, ahora
comenzó a sentir curiosidad por lo que dijo su esposa: ella ya sabía todo? o
solo sospechaba?
- Por favor, me gusta tu atuendo, puedes darte una vuelta
para que pueda verte toda, no tengas vergüenza mi amor, estas muy bonita por
cierto.
Automáticamente hizo lo pedido, dio una vuelta, trató de
hacerlo con gracia, no le salió muy bien, pensó que no importaba, lo importante
era lo que escucho de labios de Laura: Estás muy bonita, estás muy bonita,
estás muy bonita. La frase quedó rebotando en su cabeza.
- Siéntate por favor, estás llamando la atención y no
queremos eso, cierto?
- N… No mi amor.
- Mmmm, tienes que cuidar esa garganta, tengo un remedio muy
bueno para la disfonía… Y laura comenzó a reir discretamente.
Norma se sentó lo mas femeninamente que pudo, luego de dejar
su cartera en otra silla. Tenía idea de a que remedio se refería por que la
conocía y sabía que le encantaban ese tipo de bromas, así que no respondió.
- Bueno, tendremos que presentarnos, por que tu ya sabes mi
nombre, pero yo no el tuyo, o sigues siendo Rubén?
- No, mi amor, soy Norma ahora.
- Lindo, Norrrrma, Norrrrma, aunque de norrrmal no tienes
nada, pero tampoco es algo tan anormal, bueno somos lo que somos. Tendré que
acostumbrarme: Norrrrma, Normita, Normi, Nor, no se como te diré, ya lo
sabremos.
Norma sintió que el mundo nuevamente estaba en orden, ella
la aceptaba y hasta pensaba en como la llamaría, o sea que no pensaba dejarla,
por lo menos por el momento.
- Vamos, Norma, cuéntame que otras sorpresas tienes para mi,
que piensas hacer con tu vida de ahora en más?
- Lo mas importante es que te sigo amando y quiero seguir
estando contigo, Laura, si es que tu me lo permites, el resto ya puedes
imaginarlo, perderé algunos parientes y amigos, pero esos no me dolerán por que
si no me aceptan como soy no tienen valor para mi, y además ganaré otros
nuevos. Ya envié un mensaje informando la situación a todas mis relaciones, y
cada uno sabrá que hacer, a su tiempo me presentaré en persona con los que lo
deseen, pero primero me presento a ti, mi amor, pues eres la única persona
irremplazable para mi. Por eso quiero conocer tu opinión sobre el tema. Por lo
que dijiste parece que algo sabías o sospechabas, cuéntame por favor.
- Lo sabía con certeza, esas cosas no se le escapan a una
esposa atenta, sabía de tu gusto y dejé que la situación madurara, que tu
maduraras y asumieras tu rol en el mundo. Si tu te aceptas, yo te acepto, no se
como continuará nuestra relación de aquí en adelante, es un cambio muy
importante y no creo que ninguno de los dos sepa realmente a donde iremos a
parar, lo que si puedo asegurar es que seguiré siendo honesta contigo y trataré
de que nuestro amor continúe todo el tiempo posible y a pesar de todo, y por
supuesto te pido exactamente lo mismo: honestidad ante todo, y tu voluntad de
seguir adelante con nuestra vida en común.
- Gracias, no puedo pedirte mas, realmente eres muy
comprensiva, quisiera abrazarte y besarte, pero temo ofenderte si lo hago en
público.
- No seas idiota, acabo de decirte que te acepto como eres,
ahora tengo una pareja femenina, eso es lo que importa, seguimos siendo una
pareja, y el resto del mundo tiene que saberlo, si les gusta o no, es problema
de los otros.
Norma y Laura se pusieron de pié y se abrazaron
apretadamente, luego se besaron apasionadamente, Norma entregó sus labios a Laura
y esta introdujo su lengua entre ellos, y mientras sentía como era besada,
Norma comenzó a llorar, las lágrimas caían incontenibles, se sintió
avergonzada, pero no podía separarse de su esposa ni dejar de llorar.
- Vamos, deja ya de llorar, no ves que se te arruina tu
esmerado maquillaje, vamos amor, cálmate, se que es una situación fuerte,
tranquila que todo está en orden, vamos al toilettes a arreglarnos.
Laura tomó las carteras de ambas con una mano y a Norma con
la otra y la llevó hacia el toilette, Norma se dejó llevar de la mano, ya más
tranquila. Entraron al baño y se volvieron a abrazar y besar con ardor, Norma
se entregó a Laura totalmente, esta la tomó por la nuca con una mano y con la
otra recorrió su espalda mientras la besaba, Norma solo atinó a pasar sus
brazos por la cintura de Laura y dejar que ella llevara la batuta. Lentamente y
sin dejar de meter su lengua en la boca de norma Laura fue bajando su mano
hasta llegar a la cola de Norma, la acarició con avidez, y luego sin ninguna
delicadeza busco el ano de su amante y lo palpó a fondo, luego hizo lo mismo
con la entrepierna, finalmente volvió a acariciar la espalda de Norma y
finalizó el beso.
- Veo que vienes “cargada”, pero mas me intriga donde está
tu aparatito genital, no lo encuentro y no tuviste tiempo de operarte, creo?
- No, mi amor, no me operé ni quiero hacerlo por ahora, está
oculto, bien sujeto con cinta adhesiva, y si, tengo un juguete clavado en la
cola, eso me encanta, me da seguridad y placer al mismo tiempo.
- Interesante, tendré que ver tu sistema de ocultamiento, y
eso del aparato parece un poco incómodo, pero si te agrada, allá tu.
- Tengo otro juguete similar en la cartera, si quieres
puedes probarlo, aunque sea por un rato.
- No, por ahora no. Arreglemos nuestro maquillaje y vallamos
a cenar, que tengo hambre y no solo de comida como habrás notado.
- Si mi amor, noté tu excitación al besarnos, me encantó que
me dominaras de esa forma.
- A mi también me gusto que te entregaras así, eres toda una
zorra sumisa a pesar de esa apariencia de dama que lograste.
- El problema es que no se maquillarme muy bien, y menos
rápido, me podrás ayudar con eso?
- Por supuesto, quédate quieta un momento, a ver que llevas
en esa cartera tan bonita?
Laura abrió la cartera y lo primero que encontró fue el
control remoto del plug anal de Norma.
- Mmmm, me imagino para que sirve este aparatito….
- Pensaba dártelo para que tu puedas controlarme.
- A ver como funciona… Dio marcha al aparato al tiempo que
tocaba la cola de Norma para controlar el efecto de los distintos controles.
- Parece un artefacto interesante, tendré que probarlo sin
duda.
Norma comenzó a excitarse con el funcionamiento del aparato
y el tacto de Laura.
- Vamos zorrita, quédate quieta o no podré arreglar tu
pintura. Laura tomó el estuche de cosméticos de la cartera de Norma y comenzó a
emprolijar su maquillaje, luego hizo lo mismo con el propio.
- Gracias mi amor, estoy mucho mejor que antes.
- Si, ahora pareces más zorra que antes, pero te queda bien,
va con tu personalidad mi amor. Vamos a cenar de una vez.
Entraron al salón de la mano, como una pareja de lesbianas,
caminaron lentamente hacia su mesa, disfrutando la situación. Todas las miradas
estaban puestos en ellas dos, obviamente el personal conocía a Laura y estarían
de lo mas intrigados por esa nueva faceta de su clienta, quizás ya hubieran
descubierto quién era Norma, tendrían para comentar durante un tiempo.
Se sentaron a la mesa, una a cada lado, no enfrentadas, sino
lado a lado, para poder charlar y tocarse más cómodamente, tuvieron que
reordenar el servicio, y enseguida se acercó el camarero y les preguntó que se
servirían, Laura respondió:
- Lo mismo de siempre, gracias.
- Bien señora Laura, y para su acompañante?
- Igual, lo mismo de siempre, lo que le sirves a mi pareja,
está bién Norma?
- Si mi amor, lo mismo de siempre está bien.
- Entiendo, en un momento las sirvo. Con su permiso señoras.
El camarero se retiró presuroso por contar la solución del
enigma a sus compañeros.
- Laura, mi amor, ya les aclaraste toda duda.
- Si, prefiero que sepan todo a que estén todo el tiempo
observándonos y cuchicheando, develado el misterio perderán interés por el tema.
Ahora quiero aprovechar para ver que ocurre si toco este aparatito?
Y sin mas aviso, dio marcha al plug de Norma, esta se
estremeció, Laura notó como se ponía Norma mientras luchaba para que no se note
su excitación, movía sus piernas, se tomó de la mesa con ambas manos y comenzó
a respirar mas fuerte, Laura también pudo oír el suave ronroneo del aparatito
dentro de Norma.
- Excelente, disculpa mi amor, pero lo tenía que hacer,
necesitaba ver tu reacción.
- No hay problema, eres mi dueña y puedes hacer lo que
quieras conmigo.
- No se si tanto como ser “tu dueña”, pero la idea me gusta,
ya veremos.
Laura era una mujer inteligente, sensual y muy habituada a
trabajar, podía pensar en varias cosas a la vez con excelentes resultados, cosa
que a Norma le era imposible.
El camarero se acercó a la mesa con el pedido, mientras caminaba
observaba a esas dos mujeres, bueno una era mujer, el la conocía y la otra era
su marido trasvestido, pero ambas se veían muy bien, eran muy atractivas sin
duda, pensó sobre cual sería la causa de que un hombre con una mujer tan
intersante y atractiva se volviera travesti, y por que una mujer que podía
elegir el hombre que quisiera lo aceptaba, no podía comprenderlo, pero aún así
le gustaba la pareja de mujeres, y se excitó pensando en compartir la cama con
ellas.
Llegó a la mesa y las sirvió, mientras las observaba de
cerca en detalle, notó que hasta su perfume era atractivo, ambas eran muy
deseables.
- Ya tienen su pedido las señoras, desean algo más?
- Quieres algo más Norma?
Norma negó con la cabeza.
- No por ahora, gracias.
Charlaron de cosas intrascendentes mientras cenaban, como
siempre la cena era liviana, pues normalmente luego de estas salidas solían ir
a bailar si estaban de humor o si no directamente a su casa y hacer el amor.
- Norma, que quieres hacer luego de cenar?
- Lo que tu quieras mi amor, por mi está bien.
- Pues te cuento que estuve pensando y sigo con algunas
intrigas.
- Cuales, puedo ayudarte?
- Si y no. Primero quisiera saber que tan mujer pretendes
ser, hasta donde llegarás.
- Quiero ser toda una mujer, en todos sus aspectos, pero no
quiero operarme, por lo menos por ahora, quiero vivir como mujer un tiempo y
luego decidiré si hacerlo, pués la cirugía no tiene retorno y me asusta.
- Es prudente, pero no es la cirugía lo único que no tiene
retorno, el sexo por ejemplo tampoco, piensas tener relaciones con hombres, con
mujeres, con ambos?
- Por ahora lo único que deseo es tener relaciones contigo
mi amor.
- Y como? Seremos dos mujeres o en la cama volverás a ser
hombre para mi? O yo tendré que hacer de
macho contigo?
- No lo se, me excita la idea de estar con un hombre, pero
no me atrae el ver a los hombres, tampoco me atraen otras mujeres.
- Veo que esto es un problema que tiene solución, y es
importante que lo solucionemos rápido si queremos seguir como pareja, pues el
sexo es un aspecto muy importante en toda relación como bien sabes, y ambos
debemos estar satisfechos.
- Si mi amor, pero cual es esa solución tan rápida?
- Tenemos que probar todas las posibilidades y decidir.
- …a que te refieres con “todas las posibilidades”?
- Se que comprendes perfectamente lo que dije, pero veo que
te asusta la idea, así que seré yo quién tome el toro por las astas y solucione
el problema.
- Como tu quieras, haré lo que tu digas.
- Por ahora si seré tu dueña, y si harás lo que te ordene,
por el bien de nuestra pareja, entiendes bien a que me refiero?
- Creo que si, vamos a tener todo tipo de sexo, ambas.
- Exactamente, vamos a probar todas las posibilidades que
podamos y así podremos saber que nos gusta y que no. Aceptas?
- Si, ya dije que haré lo que tu quieras con tal de seguir
contigo.
- Perfecto, pero ten un poco de amor propio, no quiero una
muñeca de trapo por pareja. A propósito, como deberemos referirnos a nosotras,
yo fuí y sigo siendo tu esposa, pero tu eras mi esposo y ahora que eres, mi
esposa?
- Somos pareja creo, tu eres mi pareja y yo la tuya, ya no
hay esposo y esposa, ni marido ni mujer, solo somos una pareja.
- Si, mucho mas pareja que antes… Y Laura soltó una
carcajada, que contagió a Norma y no pudo evitar que saliera su risa masculina,
todos en el salón los observaron sin disimulo.
- Hay mi Normita, vamos a tener que trabajar en esa voz y
esa risa.
- Perdón, no pude evitarlo.
- No te preocupes, no me moleta que los demás nos miren,
sino que queda feo ver una linda mujer hablando o riendo como hombre, por ahora
sigue susurrando mi amor.
Además me gusta que rías, veo que por fin estás perdiendo tu
temor.
- Si, gracias a ti, estoy mucho mas tranquila, me has
aceptado, y me siento feliz, completa, como nunca me sentí, quiero que tú
también te sientas así.
- Yo estoy muy contenta siendo y viviendo como mujer, como
te imaginarás las mujeres necesitamos hombres para darnos placer, si bien otra
mujer puede hacerlo también, no tengo experiencia en ese aspecto y no creo que
sea tan placentero como estar con un hombre.
- Lo se, mi amor, ya lo venía pensando hace tiempo, que no
soy suficientemente hombre para ti, en el sentido sexual me refiero, y aún
antes de decidir volverme mujer ya había decidido ofrecerte libertad de acción
en ese aspecto, quiero que disfrutes lo que te guste, por que veo que es la
mejor manera de seguir unidos, el amor es nuestra exclusividad, el sexo nuestro
placer totalmente libre.
- Veremos como resulta, te repito que lo único que prometo y
exijo es total honestidad, tu sabrás todo lo que yo haga y viceversa, es el
mejor camino que podemos tomar aunque no sepamos donde termina, pero si alguno
de los dos rompe esta regla o siente que necesita romperla, automáticamente se
acaba nuestra pareja, entendido, quiero que quede bien claro.
- Si mi amor, esta perfectamente claro, con honestidad todo,
sin ella nada.
- Exacto, llamaré al camarero, así pagamos y nos vamos.
- Decidiste donde iremos?
- Ya lo dije, hay que solucionar este tema cuanto antes, así
que ya mismo comenzaremos.
- Como “ya mismo”?
- Ves esa mesa junto a la ventana?
- Cual, la que comparten dos hombres?
- Si, notaste que hace rato que nos observan?
- No, estaba atenta a ti solamente.
- Pués si, nos observan con descaro, hasta uno me ha hecho
un guiño. Parecen dos tipos aceptables, bien parecidos y bien vestidos, tu que
opinas?
- Te dije que no me gusta mirar hombres, no me atrae
mirarlos.
- Pués los vas a ver y en todo detalle, si no son esos serán
otros, pero esta noche sabremos que tan mujer puede ser.
- Hay mi amor, me da miedo.
- Por supuesto, todas tuvimos miedo la primera vez, pero la
excitación vence al miedo, veremos si a ti te pasa lo mismo.
- Tu decide cuales serán nuestros candidatos.
- Nuestros hombres Norma, nuestros machos.
Laura hizo una seña al camarero solicitando la cuenta.
Automáticamente uno de los hombres se puso de pié y fue a hablar con el
camarero.
Luego de unos minutos el camarero se acerco a la mesa donde
estaban Laura y Norma:
- Que desean las señoras?
- La adición por favor, queremos retirarnos.
- Pués ya ha sido abonada.
- Como que ha sido abonada, por quién? Respondió Laura
haciéndose la sorprendida, pues había visto la maniobra del hombre.
- Por los señores de aquella mesa y mandan este mensaje. El
camarero le entrega un papelito a Laura.
- Gracias por todo. Una vez que el camarero se retira Laura
y Norma leen el papel:
“Hola, disculpen el atrevimiento, pero nos ha resultado
imposible no sentirnos atraídos por ustedes, por eso queremos invitarlas a
tomar algo en el lugar que ustedes decidan. Si aceptan las esperamos en el
estacionamiento en el coche deportivo rojo. Caso contrario las comprendemos y
les dejamos nuestro número de celular para poder contactarnos en otra ocasión.
Sus admiradores, Carlos y Roberto.”
- Que opinás de nuestros admiradores Norma?
- No se que decir, nunca nadie me invitó a salir.
- Parecen muy galantes y por la pinta atractivos, creo que
podemos probar con ellos.
- Si a ti te parece bien, adelante.
Laura dejó una buena propina al camarero, y luego las dos se
levantaron al mismo tiempo, tomaron sus carteras y se dirigieron nuevamente al
baño, para dar tiempo a sus galanes de tomar posiciones en el estacionamiento,
estos no perdieron la oportunidad y allí las esperaron.
Mientras Laura arreglaba nuevamente el maquillaje de ambas,
Laura le pregunta a Norma:
- Te atreves a dejar que un hombre te posea?
- Creo que si, siempre que antes me excite, que me seduzca,
así creo poder hacerlo.
- Esa es la única forma, si no el tipo no sirve, ni para vos
ni para nadie. Y pensás ir con un macho con ese aparato metido en el culo?
- Que hago?
- Tenés que sacártelo.
- Ahora mismo?
- Si.
- Pero me da seguridad, es como el chupete de un bebe,
necesito sentirlo y apretarlo.
- Bueno, quédatelo, en todo caso me divertiré mucho
haciéndolo funcionar cuando estés apretando con el tipo.
- No, moriría de vergüenza!
- Entonces quítatelo ya mismo!
- Si mi amor. Norma se dirigió a uno de los boxes para
realizar la maniobra en privado.
- No mi amor, aquí conmigo, quiero verte, date vuelta por
favor.
Norma obedeció, Laura le levantó la pollera, y luego le bajó
la bombachita rosa, dejando el trasero de Norma al descubierto.
- Ay, Laura, y si entra alguien, me vería así!
- Mejor, vería a una puta, te vería como sos, no te
avergüences de lo que eres.
Laura tomó el artefacto con dos dedos y comenzó a tirar para
extraerlo, Norma instintivamente apreto su ano y lo retuvo. Laura le dio una
palmada en la nalga.
- Vamos, suelta esa porquería de una vez, o quieres que te
lo arranque de un tirón!
Y nuevamente comenzó a tirar del plug, esta vez el ano de
Norma cedió y el aparato se liberó.
- Ahora, mi putita amorosa, lo lavas perfectamente, lo secas
y lo guardas, y no necesito decir que te laves perfectamente el trasero
también.
- Si mi amor. Norma obedeció, sintió como un vacío en su
cola, pero estaba contenta de hacer lo que Laura le ordenaba. Estaba feliz,
aunque la idea de ser poseída por un macho la inquietaba, pero también
comenzaba a excitarla.
- Bueno, ya estamos listas, vamos a conocer a nuestros galanes
Normita.
- Si mi amor.